Por empezar, la Vulgata es una versión de la Biblia.
Escrita por San Jerónimo en el año 382 por orden del Papa Dámaso I hasta el año 404 se convirtió en la traducción oficial de la Iglesia Católica. Esta nueva traducción tenía como objetivo ser más fácil de entender y más exacta que sus predecesoras.
En su trabajo, San Jerónimo tradujo todo el Antiguo Testamento, pero no se sabe con certeza si tradujo también la totalidad del Nuevo Testamento o revisó las traducciones antiguas latinas, cotejándolas con los manuscritos griegos.
Llamada así por la frase "vulgata editio" (edición para el pueblo) y se escribió en un latín corriente a diferencia del latín clásico ya que era el que San Jerónimo dominaba.
Las primeras traducciones en latín de la Biblia tienen un origen muy confuso, pero se cree que se hicieron en África y no en Italia.
La traducción que San Jerónimo hizo fue guiada por Dios ya que el siempre utiliza el lenguaje mas usado y fácil de la época para aclarar sus verdades.